domingo, 18 de septiembre de 2011

LOS TEMIBLES ISIS

No nos engañemos: a nadie le gustan las historias que no tienen un final, aunque éste no sea precisamente feliz... Y si se trata de un tema (senti)mental, mucho menos... Al menos,es lo que me pasa a mí... y por eso, cada cierto tiempo, escribo en modo casi automático algún cuento sobre aquellos amores pretéritos y, por supuesto, imposibles y en gran parte olvidados... Por eso, y aunque sea con la justa dosis de nostalgia y de masoquismo "light" que nace de los viejos recuerdos, intento imaginar otros presentes, y otros pasados, distintos...

En mi DNI, tendrían que poner: "Estado civil: enamorado del aire", y en profesión, "romántico empedernido", al menos, para esas mañanas de niebla, en las que el mundo desaparece, y los propios límites de la realidad se esfuman... y quizás, también un puñadito de convencionalismo, para sazonar la mezcla...

Muchos de estos amores, los más importantes y el único correspondido, están contenidos en una de las primeras entradas del blog, "Segundo y séptimo amor", una larguísima crónica que no deja de ser una de las más sinceras y personales... Si fuera un pelín más coherente con la permanencia de los sentimientos, tendría que titularse "Segundo, quinto y séptimo amor", puesto que estas tres mujeres, adolescentes cuando nos conocimos y cuyos nombres llevo grabados a fuego no solamente en el corazón, son las que más han influido en mi vida... y de hecho, me casé con la séptima... y las tres se conocen y se aprecian...

Por supuesto, han ido surgiendo otros amores, locuras de un solo momento, de una mirada o de un gesto, pero que consiguen acelerar el ritmo de mi corazón... o despertar uno de los temibles "Isis"... y no me refiero a la diosa egipcia, no... sino a esos instantes en los que te planteas cosas del estilo "¿Y si nos hubiéramos conocido antes? ¿Y si ella me hubiera amado?¿Y si hubiera seguido el consejo de mi suegra, cambiando de ciudad?¿Y si no hubiera perdido aquél tren hacia la costa?"

Normalmente, mi parte más racional de Géminis (sí, no me pegaba otro signo del zodiaco...) se encarga de mantener controlados los sentimientos, especialmente porque los futuribles hacen mucho daño, y te complican la vida en el presente... menos mal que mi mujer no es demasiado celosa (un beso, peque...), y nos conocemos hace demasiados años como para tomarnos en serio mis devaneos literarios... Pero mi parte más romántica sigue al acecho... y en mañanas de niebla o en noches de luna llena, me hace recordar otros tiempos, otras caras, otros nombres, otros sueños, otras manos, otros labios que nunca probé...

Y, de alguna manera, aquellas niñas, adolescentes o mujeres, que a los cuarenta años llevo demasiado tiempo enamorándome del aire, consiguen colarse por alguno de los resquicios de la conciencia... convirtiéndose en cálidos fantasmas de rasgos desdibujados y voces casi siempre olvidadas, que se quedan un tiempo (minutos, horas...) rondando en los límites de la realidad y de la conciencia... Hasta que consigo atraparlas en una telaraña de palabras o de versos... y transformarlas en una de las entradas de mi "blog"... donde permanecen, cautivas en el tiempo...

No te extrañes pues, querido lector, si muchas veces te encuentras con un nombre de mujer, o con un personaje femenino, o con mi amada y querida musa, nacida de mil y un recuerdos y compuesta de retazos de mujer... Será que uno de los temibles "Isis" se ha cruzado en mi camino...


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