martes, 30 de agosto de 2011

NI "SCHREK" NI "DARTH VADER" (PERO MÁS EL OGRO VERDE)

Ayer, a media tarde, me puse a escuchar un doble "Cd" de baladas, llamado "Nostalgia", y otro llamado "Noches de blanco satén"... Hace demasiado tiempo que no los oía, ninguno de los dos... que me entró un ataque de nostalgia, y me puse a llorar... en las habituales variedades: en silencio, en sordina, mordiéndome los puños, y al final.... directamente me quité las gafas, y le di rienda suelta a todo el dolor que llevaba dentro



No fue solo por la música... ni por el consuelo que me proporcionó el abrazo de mi mujer (nuestro gatazo negro a quien llamamos "Chiqui" y "Nuestro amito consentido" no soporta las lágrimas)... Mañana, mi mujer, Fátima, vuelve al hospital donde trabajaba antes de hacerse un esguince de tobillo con rotura)... y me quedaré con el gato, la música, algunos cuentos, la música... y la maqueta, encallada en lla zona izquierda de la mesa, del "Titanic"



También lloré, como si fuera una de aquellas baladas que tanto me gustan (y, por suerte, a otras muchas personas) como si fuera un anuncio con "Nights in white saten" (Noches de blanco satén)... escuchándose muy bajito, de fondo...



No... más bien, fue la emoción de recuperar ambos discos, traspapelados detrás de un libro... Y dar rienda suelta a nueve años de intenso dolor... Llorar, no es malo... pero a veces... es muy dificil admitir... que te has quedado huerfano de padre y de abuelo... Y que te han quedado cientos de preguntas por hacerles...

(¿Quieres sabe un "sucio secretito", antes de terminar? No me quedan certezas... Comencé el blog de poesía al morir mi abuelo... pero yo nunca he sido, ni me he sentido, a pesar de gustarme esribir... más que un mal poeta... incluso un "poetastro"... a quien apasionan las canciones y el cine... pero con tanto miedo de que me hagan daño de ser herido... que no era capaz de decir, a ninguna de aquellas tres "amigas" lo que sentía... ni a mi mujer... ¿El plan B? Cerrar el blog... de (mala) poesía...



Por eso lloraba ayer por la tarde, y cuando lo necesite, volveré a llorarles, a mi abuelo y a mi padre, quienes murieron con dos años de diferencia, y aunque haya una canción que habla de "No es casualidad"... Pero también lloré por la ausencia"amigas", por las ilusiones perdidas, las oportunidades...

El ultimo "sucio secretito", antes de cerrar el blog de poesía (eso ya lo he dicho), Me encantaría poder disculparme por lo que creí hacer... lo que pensé que decía... lo que dije... lo que...no está en mi ni perdirlo... ni buscarlo... Nadie puede volver atrás en el tiempo...


¿Redención por las lágrimas? Es algo sobre lo que no tengo ningùn tipo de control, ni jamás tuve... ¿Redención por la sonrisa? Sí, he oído hablar de ella... Aunque lo ùnico que intente o consiga obtener de esta entrada y de finiquitar, sea como la patada del ahogado...



Y si fuera posible, ahora mismo, les pediría perdón... No lo es, por supuesto... Pero añoro muchísimo... su sonrisa...

Algunas personas, a quienes tengo el privilegio de llamar "amigos", y con quienes he compartido demasiada (mala) poesía por mi parte... Igual se extrañarán... Pero también saben que no ha sido un arrebato exterminar algo que tal vez nunca debería haber escrito; cuando lo que se me da mejor es precisamente escribir en prosa... y cuando hemos intercambiado tantos sentimientos, y aprendido tanto los unos de los otros, compartiendo creaciones, esperanzas y sueños... Yo les llamo "los irreductibles galos"... porque llevan mucho tiempo leyendo mis "monstruitos"...


Y rompen las lágrimas tu coraza... Porque me hubiera gustado tantísimo comentàrselo... sobre todo, a mi padre, que tenía según recuerdo, el mismo "secretito": el miedo a amar, a sentir, a expresar... Un gran miedo a dejarse querer, amar... Por que si amas, lo puedes perder todo... Lo mismo me pasa a mí... incluso siendo yo más joven... La catársis, a veces, es un mazazo en la cabeza....



Por cierto... no me quedan lágrimas (aunque es cierto que los ojos se ponen, a veces, super rojos), ni pido intervención de nadie... que mi mujer ya me arreó ayer dos collejazos en casa... bien merecidos... Y recuerda, si quieres, una sola cosa... que los hombres duros o no, estando casados, con mujer y un gato... también podemos llorar... incluso estando equivocados...


No me quedan certezas...




Pero sí, muchos sueños... y me gustaría seguir compartiendolos contigo...
 
 

miércoles, 24 de agosto de 2011

CIUDAD DE INCIENSO Y NIEBLA

Una mirada fue suficiente, en la habitación se hizo el silencio, incluso el respirador gorgoteaba con menos fuerza... Sus ojos eran tan brillantes, una clara expresión de su deseo, frente a la verdad revelada e inevitable de la muerte... Lo primero que él hizo fue cerrar la puerta de la habitación del hospital, con unas pequeñas cuñas de plástico de la ferretería... y luego desconectó el detector de humo... que de algo tenía que servirle toda una vida haciendo instalaciones similares, en casi todos los edificios oficiales de la ciudad... que solo de magia es muy complicado vivir...


En aquél momento, se quitó la chaqueta y, como todo mago que se precie, se arremangó el jersey de cuello vuelto negro y, de su chistera (que aparecío misteriosamente entre sus manos), sacó un ramo de flores de trapo, un conejo de peluche (que le entregó a la niña), y un pebetero de cobre, sobre un platito de obsidiana, que su vez instaló sobre una típica mesa de cafetería, redonda, de tapa azul, y sostenida por tres larguísimas patas de araña... Ahora bien.. ¿cómo podían salir tantas cosas de una chistera? Misterios de la magia...


Todo estaba listo, para el último viaje... Flexionando el pulgar derecho, el mago encendió su dedo meñique izquierdo y, antes de prender aquella mezcla de sustancias que llenaba el pebetero, miró fijamente a la niña, y ella asintió... y tras esto, pronunció una sola palabra, que resumía todos sus deseos: "París..." El mago, o ilusionista, o brujo, encendió la mecha, y un extraño fuego, lleno de matices verdes y azulados, surgió en el pebetero... La columna de humo empezó a subir hasta el techo, y luego, a expandirse desde arriba hasta el suelo, por toda la habitación... Y en su interior comenzaron a surgir sombras, y luces... y árboles... y farolas... Estaban en medio del "Bois de Boulogne", de vez en cuando se cruzaban con alguien... Salvo que en este viaje, ella iba vestida de rojo, con zapatos y capa a juego (para que no cogiera frío) y el mago la llevaba de la mano... Sobre todo, puede caminar, y tiene una larga melena rubia... La niebla, húmeda y con sabor a incienso, les envuelve y les protege... y les oculta...


"Tour Eiffell"... Y allí aparecen, a los pies de la vieja dama, admirando su enorme tamaño, y sintiéndose tan pequeños, y sobre todo, tan jóvenes... La niña camina hacia las vigas inferiores, son macizas, muy frías, pero suficientes para aguantar su peso... "Arriba"... Y los dos suben en el ascensor... La vista es impresionante a pesar de la niebla, solo aparecen los tejados más altos, y ni siquiera con el catalejo de cobre (que él saca de un bolsillo del abrigo) se consigue ver algo más que las veletas y pináculos del Louvre y las ventanas iluminadas de las buhardillas decimonónicas, y algunos monumentos, como el Arco del Triunfo... Se quedan en lo más alto varios minutos, rodeados por las sombras, y ella dice "Notre Damme"... Y aparecen en lo más alto de los tejados, ella se agacha para tocar las planchas de cobre que mantienen algo de calor residual, de aquél sol latente… Empieza a hacer frío, y como la niña de once años que sigue siendo incluso consumida por la enfermedad, baja corriendo por las escaleras de la torre, perseguida por el fantasma de su risa… y el mago la está esperando abajo, con una sonrisa en los labios… Al entrar en la catedral huele mucho más a mirra e incienso, suena el gran órgano con la "Tocata y fuga" de Bach, y ellos dos parecen estar solos, aunque escuchan algunos ruidos de los demás asistentes, que siguen ocultos por la extraña niebla... El tiempo no acompaña, pero tienen por delante otras dos paradas: un pequeño paseo por el Louvre, para admirar la "Victoria de Samotracia" y "La última cena"... y una pausa, ella quiere conocer y despedirse de "Les Nymphéas" de Monet... Cuando ella se acerca a cada uno de los cuadros, la niebla se desvanece, protegiéndola al mismo tiempo del mundo y de sus habitantes… Allí se quedan un largo tiempo…


Por primera vez desde el comienzo del viaje, él habla, y su voz es dulce, cálida, tranquilizante... "Ya es hora... Tenemos que volver"... Ella sonríe, murmura un suave “Gracias…” y besa el marco del cuadro más cercano…


Y regresan a la habitación del hospital... Con un gesto de la mano, la niebla y el humo del pebetero desaparecen, y el aire se despeja... Otro gesto, y el los complementos (chistera, pebetero, plato, mesilla, tapete) se introducen en la chistera, y ésta desaparece en el bolsillo posterior del pantalón del mago... Menos la flor de tela azul y el conejo, como regalo y recuerdo…


Muy despacio, él se acerca a la niña, y con gran mimo, le retira el gorro, y acaricia su cabecita calva... Ni la quimio ni la radio han servido para nada... "Un beso"... Sus labios se juntan, entreabiertos... sus ojos se cierran... su corazón se para... y su mano izquierda cae, laxa, por el lateral de la cama... Con sumo cuidado, él la toma entre las suyas, mientras el calor abandona el cuerpo de la niña, y coloca ambas manos sobre su pecho...


Un último viaje para una niña enferma... un sueño que se cumple... y la muerte gana y pierde... Con un chasquido de los dedos, desaparece, dejando tras de sí un leve olor a incienso, mirra y niebla... Y una rosa azul sobre el pecho de la pequeña... y un conejo de peluche blanco...

SUEÑOS DE OTRA VIDA...

Abro los visillos, para dejar que mi mente divague por los colores del atardecer, que se acerca, lento pero inevitable, como el final de un amor o la misma muerte... Un dolor de cabeza, que goza de perfecta salud, se empeña en desmostrarme que él es hoy quien manda en mí, y no me quiero tomar otra aspirina, ni nada más... Como dice la canción, "gramos de aspirina y de paracetamol corren por mis venas", y si no es así, seguro que la recordarás en su versión original. "litros de alcohol corren por mis venas..." ¿Verdad que te suena?

Me parece que casi una semana después del final teórico de mis vacaciones, hoy me embarco de lleno en el síndrome pos-vacacional, pero con todo el equipo: esa sensación de quedarte vacío por dentro, cuando además el que sea sábado te importa tres pimientos, que para los casados no parecen regir los mismos refranes, y más bien prima el "uno en febrero, otro en febrero, otro en marzo..." antes que cualquier "sábado sabadete, camisa limpia..." Por cierto... en verano, casi nunca llevamos camisa si estamos de vacaciones... ¿Acaso no sería necesaria una actualización, que tenga que ver con las chancletas, el bermuda o la camiseta de "Iron Maiden" (lo digo porque es la que llevo puesta hoy)?
Hace dos semanas, cuando estuve en Cádiz con mis suegros y mi prima, intenté cargarme a tope las baterías con el olor del mar, el yodo, el viento, y sobre todo, el sol... Mi dragón se quedó contento en su primer contacto con el agua de mar... y es curioso cómo la piel reacciona con el agua helada... Soplaba el viento de Poniente, no había casi nadie bañándose, y en cuanto me lancé directo como un "Mihura" hacia el Atlántico, comprendí el motivo del escaso público: estaba fría no, gélida... Pero como algunos chicarrones de Madrid somos bastante bestias (se nota que mi abuelo era vasco por accidente), seguí corriendo mar adentro, hasta lanzarme con el mejor estilo de rana toro por encima de una ola...

¿Quieres saber un secreto? Lo que más me gusta del mar es su sonido (lo grabé con el móvil, pero no es lo mismo), su aroma, el movimiento de las olas, el calor del sol... pero odio las algas... y el agua fría... Salí en la mitad de tiempo que entré... y luego, el tradicional posado fotográfico con la familia... menos mi suegro, que se quedó paseando a la sombra por el Paseo Marítimo... y un paseo por la orilla con mi suegra... Una vez secos, nos fuimos todos a comer a un restaurante que conocía mi suegro... y volvimos al pueblo...

Con un poco de suerte, el mes de agosto me escaparé un fin de semana a la playa, y tal vez unos días en septiembre, no sé... De momento, me conformo con el recuerdo de lo vivido en estos días... Podría haber sido más, por supuesto, y mejor... He dormido demasiado, comido lo justo, y trabajado con la novela, la segunda, que supera las setecientas páginas... aunque tendré que ponerme las pilas, para los idus de septiembre... ¡Que la fuerza nos acompañe, Estefanía-Ben-Kenobi y Javier-Sama!

Libertad, en el fondo, de eso se trata, de alejarte de la rutina, del dichoso uniforme marrón auto-ensuciable con camisa a juego de color beige, con dos letreritos amarillos... Quizás por eso, no quiero saber nada de "ropa formal", hace unos tres años que no me pongo un traje de chaqueta salvo en bodas y funerales, y ni siquiera utilizo camisas: me paso el verano en con piratas, camisetas heavys, sandalias o chancletas; y el resto del tiempo, cambio los zapatos por las botas de trabajo, y me pongo alternativamente las distintas cazadoras de cuero, y alguna vez el forro polar con gore-tex...

Y, en todo momento, seguir soñando con el mar... y con aquél lejano atardecer... y otra vida...

DIEZ MINUTOS EN EL RECUERDO...

Son las diez menos diez de la noche, cuando empiezo a contarte esta historias... No hay más reglas que éstas: si no te gusta, la abandonas; yo ni siquiera sé si estás allí (y en ello radica nuestra libertad); y será una historia de amor real.... Mía, tuya o de otro... igual da...

¿Te apetece?


"Me cansé... de tantos límites... de tanto sufrir, de tantro soñarte.... De mirarte en silencio... De esperarte tarde tras tarde, entre los so`portales de la ciudad casi desierta... Me cansé.... de soñar contigo, por las tardes,cuando el último rayo de sol se empeñaba en descubrir el calor secreto de la añosa Catedral... Me cansé... de no tener valor para decirte que te amaba...

Y me atreví, una de aquellas tardes del mes de agosto que tanto nos gustan a ciertos Géminis, y a otras muchas más personas, a esperarte junto al quiosco de venta de refrescos de la plaza... ¿Te acuerdas? Yo siempre tan tímido, el alumno de intercambio, viviendo un mes en Roma, con una beca del Instituto de Cultura Italiana de Madrid...


Y tú... la esquiva (luego entendí que por tímida, no por desagradable) diosa nórdica, con los rubios cabellos , tan lisos y recogidos, sin embargo, en una desgarbada coleta... Aquella tarde, llevabas un maxi-jersey estilo veneciano, tu carpeta azul, la minifalda de los primeros años noventa.... y unas alpargatas azules con suela de esparto...

Te pregunté si querías una botella de agua... ya la estaba casi pagando al acalorado vendedor... cuando aceptaste... Jamás te vi más hermosa, que aquella tarde... Marjolein... y yo, Andrés, que solo podía mirarte, y devolverte la sonrisa...

Y nunca más he visto una gota de agua más seductora, que deslizándose desde la comisura de tus labios... hasta fundirse de calor (o quizás de deseo) cerca de tu cuello..."


Una historia... Un amor... Un recuerdo... La ciudad y la chica perfecta... Buenas noches...

domingo, 14 de agosto de 2011

¿POR QUÉ LLORAS?

Al principio, creí que lo estaba soñando, no había sido una de las mejores noches de los últimas veces, y aunque estaba viendo una de mis películas favoritas en la soledad del salón (la primera de "Karate Kid"), me sorprendió muchísimo comprobar que mi amito negro, gordo y consentido, había dejado de lamerse la pata con la mejor muestra digna de concentración oriental, y me hablaba...


Y yo, me quedé mudo, dudando de los efectos del lrutamato monosódico que aderezaba los restos de mi pasta...


"No, tranquilo, estás bien.... relájate... haz caso al señor Norita, siempre tiene razón... ¿O acaso pensabas que los únicos gatos que hablaban eral los de "Alicia en el País de las Maravillas", o el de "Garfield"? La única diferencia entre nosotros y los humanos es que hablamos solo cuando nos apetece, y nunca más de quince minutos seguidos... Y ya han pasado diez segundos..."


"Lloraba... porque se me ha metido una mota en el ojo..."


"¿No será más bien que tienes el corazón destrozado? Me da igual decirte tonterías, a fin de cuentas, yo hablo, y tú escuchas... Pero creo que deberías plantear la pregunta al revés... ¿Por qué no quieres llorar?"

Me lo pensé unos segundos, antes de decirle: "Porque siempre nos han dicho que es malo..."

"¿Malo para quien? Desde luego, no para tus ojos, que se refrescan; ni para tus córneas, que arrastran impurezas.... Ni para tu corazón, que se quita de dolores antiguos... No lloráis, me refiero a la especie humana masculina en particular... porque solo os han enseñado a tener miedo de llorar..."

Desperdicio otros segundos más pensando, aquellas palabras me suenan las escribí incluso en uno de mis blogs hace pocos días...

"Sí, pero yo siempre he estado a tu lado, cuando estabas llorando, recuérdalo... Pero deja este tema, te contaré un pequeño cuento... Sobre el primer gato... y las fuentes del cielo..."

"Érase una vez, hace tanto tiempo que no queremos acordarnos, hubo un gato cruel... Era grande, enorme, fiero como la noche de tormenta; de color azul cobalto, con enormes relámpagos que recorrían su lomo... Todas las criaturas de sus dominios le tenían miedo; tanto, que cada noche le sacrificaban y depositaban ante sus zarpas una presa, sin importar que fuera ratonil, humana, caprina, dragonesca o incluso pétrea... Vivía del miedo, del terror, de la mayor acechanza posible... y cada noche, se retiraba, lleno de una comida que no precisaba, puesto que le gustaban sobre todo la hierba fresca y el agua del rocío mañananero... pero seguía matando y devorando... por el "qué dirán"... y enterrando, con el mayor de los respetos, en una profunda fosa, detrás de su cueva...

Bien, pues una de aquellas noches, en las que los reinados de terror casi habían exterminado todas las presas, se presentó ante él una vieja cabra montesa, azul y verde por el frío, pero sonriendo... Y le prometió que si no le comía, le contaría el mayor de los secretos...

Y nuestro gatazo, curioso como cualquier otro, y algo aburrido, le escuchó...

"Hace incluso más años de los que tu estirpe recuerda, vivieron en estos mismos parajes el primer gato guardián... y el primer humano al que proteger... Cómo llegaron aquí, nadie lo sabe... Ni lo recuerda... Pero crecieron, el gato más que el humano, para cuidarle, y acunarle, y consonarle.... Pero el humano se hacía viejo... y el gato no... Un buen día, el humano acarició por última vez la cabeza de su gato, enorme y ya por entonces bastante cruel, y se murió...


Allí reposa, entre aquellas dos colinas, cubierto de rocas y huesos... de todas las víctimas que tú y los tuyos habéis acumulado sobre su cuerpo, con la esperanza de protegerle... y revivirle...


"¿Bonita historia, pero y el final, por el que no debo matarte?"

"Que empezaste a matar por amor.... por abandono... por tristeza.... y por olvido... y mataste estos sentimientos... Y ahora, hasta que no puedas recordar tu historia, vuestra historia y la tremenda ausencia, jamás volverás a llorar.... y el mundo seguirá cada día más yermo..."


Y cuenta la leyenda, que aquél gato, el último de su estirpe, grande, fiero, y cruel... lloró.... Y sus lágrimas desgarraron campos y montañas... Y trajeron la vida a la Tierra... y nuevos animales surgieron del líquido.... y llegaron las primeras lluvias... y nacieron la vida y la esperanza... Y que cuando el caudal de lágrimas abandonó la última gota de su ya reseco cuerpo, de sus restos nacieron todos los demás gatos domésticos... y siguieron guardándonos a todos... Como yo a ti....

"¿La moraleja? ¿Cuál es el final?"

"Que aveces las lágrimas de sangre, y hielo, y acero, y metal, devuelven la vida a cualquier corazón.... menos al de un muerto... Por cierto... se me ha pasado unos minutos el tiempo... ¿me das ya mi latita de pienso seco?"


Aquella fue la primera historia, pero no la última, de mi gato negro, gordo y viejo.... de mi gato guardián...