viernes, 9 de septiembre de 2011

TIEMPO DE LLUVIAS

Una vez más, ha vuelto a pasar, sin querer, es cierto, pero... he salido a buscarte, bajo la lluvia, con paraguas... ¿Qué me costaba hacerlo, caminar cuatro manzanas, escuchando el fuerte ruido de los proyectiles de agua? Más sombrilla de playa que paraguas, es enorme, cabemos cuatro como tú y yo, esas rayas béticas... yo pensaba en el regreso a casa, un paladín, luchando contra los elementos, como debe ser, y sintiéndome tu protector, tu escolta, tu amor...

Alcancé la mitad del recorrido, tenía que darme prisa, que ya eran las ocho menos cinco, y cerrabas la tienda, y saldrías a la calle, y te mojarías, porque tu paraguas... estaba en casa, lo había visto al salir...

Entonces... os vi, en el escaparate de la chocolatería, felices, riéndoos, acarameladas, con varias tazas, todas ellas vacías, sobre la mesa... y cogidas de la mano... y yo pensé "no pasa nada, son amigas, hace años, es una muestra de cariño, nada más, voy a entrar..."

Y veo cómo te besa, y tú respondes, cerrando ojos, y te dejas llevar, su mano te acaricia, el brazo, el seno, un camarero os señala, sonríe, os dice algo, no sé, igual os indica un sitio donde podéis ir, un hostal, os reís más todavía, os besáis de nuevo, tus manos, inquietas, la acarician por debajo de la mesa...

Recuerdo algunas noches, volvías muy tarde, "el trabajo... haciendo inventario... el escaparate... los pedidos... el representante" es lo que siempre me decías, y no sospechaba... por que no tenía motivos, ¿verdad? dos amigas, dos buenas amigas que se conocen y se quieren de toda la vida, y yo... se conoce que era el tercero en discordia... Otros fines de semana, te ibas, no sé dónde, pero supongo que tal vez con ella...

No me has visto, la sigues besando, a este paso, os echarán del local... Me dirijo a otro camarero, y le pido que cuando te marches, te de el paraguas, y me marcho, caminando, empapado de lluvia, y de lágrimas... Llego a casa, preparo la maleta, un par de libros, y me voy... Cojo el coche, diluvia, te veo correr, con el paraguas en la mano, sin abrir... No me importa... Tengo mucho camino por delante, y pongo la calefacción a tope... Al cabo de un rato, me encuentro mejor... Mi destino está allí, en aquella casita en las montañas de Cantabria, a la afueras del pueblo, que tú no conoces...Y allí, recuperaré la paz, es lo bueno de ser escritor... con el tiempo, decidiré el final...

Con el tiempo...

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