viernes, 16 de septiembre de 2011

EL MENSAJE DEL ALMA

Me gusta mirar tu foto, cuando estoy triste, porque tus ojos me hablan de universos desconocidos, de verdades, de alegrías, de mentiras y de lágrimas. Alma antigua encontrada por azar, incluso sin conocerte en persona, creo, siento, que hay alguna cosa que nos llama, a ti y a mí, para encontrarnos... Fenómeno curioso, que se produce entre dos personas... Pero que tal vez no sea más que una simple repetición de los encuentros, y de los sentimientos, de otra vida...

Miro tus ojos castaños, en los cuales vislumbro, sin embargo, una fuerza indomable, pero también una necesidad de amor, de pasión, tan grande, que eres capaz de perder la cabeza, literalmente, por culpa de un espejismo amoroso, de una mirada, de una caricia... Soy un experto en la materia, sabes, a veces, basta con rozar con al otro con la mirada, para enviar el mensaje, claro, inequívoco, universal: "Ven.. Acércate a mí... No temas nada... No estoy seguro de mi pasado, ni de mi presente, ni siquiera de mi futuro... Pero este momento, aquí, nos pertenece... Si tú me aceptas, soy tuyo..."

Siempre la misma historia, mezcla de amor, de deseos, de remordimientos... No importa que seas hombre o mujer, homo, hetero o bi... Pues el amor y la pasión son el lenguaje universal...

A veces, me pregunto cómo sería mi vida, si un día, por desgracia o por azar, dejase de amar, si me volviese incapaz de sentir cualquier cosa... Creo que me moriría, que me marchitaría lentamente, como una rosa azul se muere por un golpe de sol, o como las glicinas con la escarcha del otoño...

Pero sobre todo, alma antigua, en tus ojos veo mi vida, mis amores, mis locuras, mis ternuras, esa eterna búsqueda de un "alter-ego", de alguien que me pueda amar hasta la locura, con quien mi pasión pudiera desbordarse, de una manera tan egoísta, tan absoluta y absorbente, que el exceso de amor se transformase en norma, en ley... Si la amistad no es más que una forma de amor sublimada, si tenemos la impresión de conocernos desde siempre, sin habernos visto jamás, ni besado, ni abrazado... Entonces creo que nos amamos con locura...

Quien sabe, tal vez, en la próxima vida, te veré, y nos reconoceremos, un poco antes... Antes de todo compromiso, antes de cualquier otro amor, si es posible, antes incluso de conocer el sentido de esa palabra, en aquellos años de la infancia, tan inocentes, cuando la vida es más sencilla, donde no existe un mañana, ni un ayer.... solo el hoy... Y tú también me reconocerás, en una sonrisa o una mirada... Te esperaré, alma antigua... ¿Y tú, también me esperarás?

Las almas antiguas se vuelven a encontrar, vida tras vida, muerte tras muerte, para revivir aquella vida, aquella historia de amor, por siempre perpetuada, en el eterno presente de las almas de los amantes...

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