miércoles, 21 de septiembre de 2011

OJOS DE LUNES...

Nunca, desde que tengo uso de razón (lo que según mi mujer no sucedió hasta minutos después de pronunciar el "Sí, quiero...") me han gustado los lunes... Bien por el retorno a viejos lugares no muy queridos, o por las clases extras de matemáticas, el retorno a las aulas o al trabajo, y por supuesto mucho antes de que murieran en lunes mi padre y mi abuelo, mi odio hacia aquél día de la semana que tiene la mala costumbre de inmiscuirse entre el domingo y el martes, no ha hecho más que crecer con el paso del tiempo... Quizás por eso me solidarizo completamente con Garfiel, y creo que habría que borrarlos del calendario... Moriré un lunes, de eso estoy seguro, aunque para eso tenga que agonizar toda una semana, y salirme con la mía...

Y, sin embargo, desde hace unos meses, tengo un poco más de ánimos cuando compruebo, con la primera mirada en el espejo, que no he perdido nada vital durante la noche... en mi caso, tapones de los oídos y mordedor... Me reflejo, después de afeitarme y antes de la ducha, se entiende, y descubro cierto extraño brillo en el fondo de mis pupilas... y no puedo evitar una pequeña sonrisa, de compromiso, si quieres, al recordar la causa del cambio...

No, por supuesto que no fue sencillo volver a confiar en alguien, ni recordar viejos tiempos que prefieres olvidar, y para alcanzar el purgatorio... tienes que atravesar el infierno... Quizás lo más complicado sea el asumir tus propios errores, tus limitaciones (las auténticas y las que pretenden inculcarte los otros), y por supuesto, hay que aprender a negociar, no tanto con los demás, como contigo mismo... Es un proceso largo, recuperar la fuerza y la confianza en ti mismo...

Y ella siempre ha estado a mi lado, con sus ojos inmensos que ven más allá del envoltorio, y bucean entre mil capas de ideas, pensamientos, y miedos... demasiados miedos... Y manías, algunas de ellas, de viejo... y otras, deformación profesional o viejos recuerdos heredados de Don Corleone... Pero todas ellas, como una cebolla, se van desprendiendo...

Atravesé el infierno... ahora emprendemos el camino por el purgatorio (que según el Papa, ya no existe)... Ojos de lunes que me van guiando... quizás por ellos, le estoy perdiendo la manía a los lunes...


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