viernes, 9 de septiembre de 2011

VIAJANDO POR UN SUEÑO

En el silencio de la madrugada (hoy tampoco consigo dormir...), escucho decenas de voces, aunque no muchas de ellas son humanas... De cualquier forma, creo que el concepto de "humanidad" está un poco anticuado, ya que, solo en el aspecto de los sentimientos, los perros y los gatos están bastante más evolucionados que nosotros... He abierto la ventana un poco, para escuchar mejor los murmullos del jardín de la comunidad... Son las cuatro de la madrugada, no hay coches (es la madrugada del viernes), y el autobús de los borrachos no ha desembarcado su cargamento... sí, el mismo cargamento de homínidos por el cual siempre estoy más tenso cualquier mañana de sábado que me toca trabajar... Y coger el coche...

Para no molestar a mi mujer, que duerme a pata suelta, me instalo en el despacho, enciendo la "presunta" lámpara de plasma y, en la semi-oscuridad, me pongo a pensar... No, no es nada serio, que para eso ya tengo los blogs... El cansancio es demasiado grande, dentro de un rato, cogeré de nuevo el metro, no tendré más remedio que compartir mi espacio con viajeros de ambos bandos, los que trabajan y los que vuelven de juerga...

Ya ni siquiera recuerdo la última vez que volví a casa después de la medianoche, creo que fue aquella tarde que fui al cine ("Cisne negro", una hermosa película, Natalie Portman está espectacular, y el número final es de lo mejor que he visto en muchos años... casi tan bueno como en la película "Noches de Sol") con mi mejor amigo y su novia, y luego, cenamos en una pizzería, y quizás ni siquiera habían terminado de sonar las campanadas cuando entré en el piso... Me libré por muy poco de convertirme en ratón de campo en el vagón de metro, algo como "Ratatouille", pero menos glamouroso... Nuestro gato ya está informado hace mucho tiempo de mi metamorfosis mensual... y de todas formas, ya está bastante ocupado persiguiéndose la cola, pues para su desgracia, se convierte en caniche francés... de color rosa... Menos mal que es algo que solo nos pasa las dos primeras noches de luna llena de cada mes...

Una lenta procesión de espectros busca, en vano, su lugar de descanso en la última trinchera, algunos de ellos me saludan al pasar, yo les respondo cordialmente... Olvidando que hace meses fueron todos identificados y trasladados al nuevo "Panteón de los Héroes", juno a la vieja Iglesia y al cementerio abandonado ... y culminando la trágica historia de "La trinchera"... Las excavaciones arqueológicas, encabezadas por la Comisión para la Memoria Histórica según la "presunta" carta de mi abuelo, permitieron devolver la paz en los jardines de la Comunidad y en la calle de Manuel Aguilar Muñoz, donde estaba localizado el último bastión... Es cierto, el sacrificio de las tropas republicanas, para permitir la salida del tren con refugiados en aquellos últimos días de la Batalla de Madrid, no terminó bien por la traición de los políticos franceses... que ni Dachau ni Mathausen fueron centros de recreo...

En la cocina, me preparo una infusión, pues de todas formas, a las seis de la mañana sonará el despertador, reclamándome para el mundo real... Es una lástima que no exista el teletransporte (sin embargo, tenemos un "telebotellón", "telepizza", "telefarmacia", "teleabogados", "teleabuelo", "teleputas", "telehostia"...) pero, como otras muchas veces, desearía fervientemente que existiera...

Son casi las cinco y media de la mañana, debe estar a punto de amanecer, junto a la costa... Imagino los primeros rayos del sol, rielando sobre el mar en calma, como si quisieran despertar muy lentamente al mundo...Creo que me adormilé, pues de repente, estaba allí... Imagino la suave brisa acariciando mi cara, como si fueran sus manos, pero algo menos frías... Desde la orilla, sentado sobre una roca, asisto al más glorioso espectáculo del mundo... Dos gaviotas madrugadoras se lanzan en picado hacia una papelera rebosante (nota: informar al Ayuntamiento), y una tercera parece estar comiéndose lo que espero no sea el vómito etílico de algún borracho... El olor a yodo invade mis fosas nasales, y en aquél momento, como todas aquellas veces en las que he llegado tan lejos en el viaje, me desprendo, por segunda vez, del cuerpo, y me quedo en la playa, con los ojos cerrados... mientras mi alma parte en su busca...

La primera vez fue mucho más complicado, no tenía su dirección a mano... y de todas formas, no se ha inventado todavía un "GPS" para el plano astral... Tuve que regresar varios días, releer varias veces todas sus cartas, para impregnarme de ella, mirar sus fotos una y otra vez, pues cada vez que suena el despertador, regreso a la vida real... Una vez, aparecí en casa de sus padres... otra, en la de su hermano (por cierto: han pasado ya tantos años desde la última vez que nos vimos, que me costó mucho reconocerle)... luego, en un piso que utilizaron durante varios meses... Pero al final, conseguí su dirección actualizada, y pude colarme en su dormitorio... Unas pequeñas estrías en las comisuras de los labios, creo que de tanto sonreír, y unas diminutas arrugas en los ojos, eran la única diferencia perceptible... Al tratarse de un viaje astral dentro de otro, no podía manipular los objetos, era poco más que un fantasma (o poco menos, según se mire), pero sí era capaz de besarla, de probar aquellos labios con los que seguía soñando décadas después... Y la besé, inclinándome suavemente sobre ella...

En aquél momento, dieron las seis de la madrugada, el teléfono móvil empezó a cantar fados, lo apagué deun manotazo, y comencé de nuevo la rutina: ducha de agua helada, suplemento vitamínico, una taza de café con leche de soja, y a currar...

Otra noche más sin sueños.. Otro amanecer en la Costa... Otro beso robado... Daría lo que fuera por ver otra vez sus bellísimos ojos abiertos... Mas de momento, solo puedo alcanzarla mientras ella también está sumida en el mundo de los sueños...

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