domingo, 18 de septiembre de 2011

ESPERANDO...

Esperando... Nadie sabe a quién, ni desde cuándo, o por qué... Pero allí estaba ella... tranquila... mirando hacia el mundo real, desde el pasillo... Llueve, fuera, y quizás incluso en su corazón... Hace frío en el pasillo, ¿sabes? Mucho frío, mi aliento se condensa en pequeñas y vaporosas nubes, mientras la estoy mirando...

No, es imposible verle la cara... solo ese escorzo, de labios, de sueños, de anhelos... su piel está uniformemente bronceada, incluso sus senos... ¿cómo lo habrá conseguido, aquí, donde apenas luce el sol?

La miro... me acerco a ella, despacio, para no asustarla... ¡No quiero que se esfume, como las otras veces!

Me pego a la pared de la derecha, la que está más lejos de la galería acristalada que da al mar... Con la mano, voy siguiendo las vetas del papel pintado... el tacto es rugoso... la pared, firme, pero se notan los errores del pintor....

El suelo, de madera, cubierto con la típica alfombra de hotel de cierta categoría, mitiga el suave murmullo de mis pasos... Estoy descalzo... y, por alguna extraña razón, sigo teniendo frío...

Ya estoy prácticamente a su lado... Es curioso, me he quedado parado un par de minutos, cerca de ella, y se ha formado un pequeño charco de agua entre mis pies... Quiero abrazarla, besarla, estrecharla contra mi cuerpo, decirle que todo va bien, que ya estoy otra vez con ella, a su lado, para adorarla, mimarla, besarla...

Me acerco un poco más... estoy tan cerca, que ella puede notar mi aliento en su nuca... Se estremece... y tiembla... Pronuncio su nombre, en voz baja, "Eloísa...", en su oído... Ella se lleva las manos a las orejas... y grita... GRITA... Me grita que me vaya... y no la entiendo... No la entiendo...

¿Qué me pasa? ¿Es que ya no me quiere? ¿No entiende que yo la amo? ¿Por qué no me deja besarla, estar con ella? Me parece absurdo, doctor, estar otra vez aquí, contándole estas cosas... estos extraños sueños, que se repiten una y otra vez...la veo... me acerco... el frío... la beso.... hablo... grita... se desmaya...

¿Qué puedo hacer?

Y, por favor, no me responda otra vez que dejarla ir... alejarme de ella... porque no puedo hacerlo... porque necesito decirle, una vez más, que la amo... que la vida no tiene sentido sin ella...

Y la muerte...

Bueno, la muerte... tampoco...


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